Ayer, tras una entrevista que tuve con mi revista (hago un poco de publicidad @_tengounaidea , una revista de jóvenes emprendedores), me di cuenta de que he dejado de hacer aquello que me gustaba tanto, es más por lo que me metí a periodismo. Así que he decidido publicar la primera historia que me hizo sentir feliz y emocionada...
Ester
UN CONSEJO
Marizza miraba por la ventana, respiraba profundamente para poder relajarse y dejar de llorar, pero era algo superior a ella, no podía, seguía llorando con más fuerza. Sentada en aquel vagón de aquel tren esperando llegar a algún punto lejos de allí, volvió a coger la carta entre sus manos y la releyó...
" Mi niña, sabes que eres mi niña, ya te has hecho grande y lo sigues siendo. Hace más de cuatro años que no nos vemos, desde que decidiste irte a otra ciudad. Necesitabas salir de este pueblucho, me dijiste, desde entonces salgo todos los días al porche para esperarte, y no llegas. Paso todos los días junto al paquecito del jardín y te imagino haciendo esos castillos tuyos en los que imaginabas que estabas dentro y venía un príncipe a por ti. Ya queda poca arena, ya queda poco de ti, sólo tu recuerdo, que nunca se irá de mí.
Te preguntarás por qué te estoy escribiendo si ni siquiera te voy a a enviar esta carta, la respuesta: no lo sé. Supongo, que será que quiero que cuando vuelvas a tu casa, es decir, aquí, las encuentres, que encuentres algo de mí. Pero no quiero que te sientas culpable por no haber venido a ver a tu abuela, para nada, yo soy feliz sabiendo que tú eres feliz, y si no has regresado es porque lo eres.
Desde pequeñita eras alguien especial, tenías un carácter difícil, fuerte, luchador, espero que sigas siendo la misma chica, la que se metía ne líos, sí, pero para hacer lo que de verdad sentía.
El otro día vi a Pablo, se ha hecho un gran hombre, sigue siendo toda una preciosidad, mantiene ese cabello rubio despeinado, esos ojos que te hipnotizaban parecen más oscuros, su sonrisa... recuerdo que también te gustaba mucho, ahora sólo en ocasiones sonríe. Él también se fue de este pueblo, al poco tiempo que te fuiste tú. Su abuela, la señora Bustamante lo echa muchísimo de menos, siempre habla de él, así que te resumo que todo le va muy bien. Vino a la boda de su hermana, sí, Mía se ha casado, con ese gran amigo tuyo, Manu, estaban hechos el uno para el otro.
A Manu le costó pero se atrevió a pedirle la mano, ¿sabes lo que hizo entonces Mia?, en vez de contestarle que sí, cogió uno de esos altavoces y se fue gritando por todo el pueblo que Manu le había pedido que se casase con ella. Cuando ya nos tuvo a todos fuera de nuestras casas observándolas dijo:"¿Cómo le voy a decir que no a esta preciosidad?. Vosotros ¿qué decís?". La gente del pueblo se dedicó a aplaudir y a gritar: "¡qué se besen!". Así que eso hicieron.
Me pregunto si tú tendrás ya a ese principito con el que soñabas todas las noches. Aunque lo negases, siempre y dijeras que el amor no importaba, que no existía, que eran reacciones químicas que se producían en el cuerpo, incluso recuerdo que una vez intentaste explicármelo científicamente. Pero, en realidad, siempre esperabas a que ese príncipe viniese.
Cuando estabas con Pablo, qué chico, él también tiene un carácter admirable, a lo mejor no es tan fuerte como tú, pero cuando hace falta, no lo duda, lo hace. Eráis una pareja perfecta,si bueno, con vuestras peleas, pero eso es normal. Además, Marizza, ¿qué sería de una relación sin las reconciliaciones?, es lo mejor, no ves que lo echas de menos y los besos nunca quieres que se acaben y así disfrutarlo al cien por cien.
Niña, ya estoy cansada, me tengo que acostar, mañana continuaré escribiéndote, te lo prometo..."
Marizza descansó un poco de leer, había leído aquella carta, bueno, cartas, por lo menos veinte veces y quería volver a leerlas. Miró de nuevo por la ventana, ya no lloraba tan agitada. Creía que no podría llorar más y aun así, todavía algunas lágrimas caían sobre sus mejillas. Entonces, se imaginó lo que su abuela le contaba de Mia, le hubiera gustado estar allí, Manu nervioso, nerviosísimo y Mia hablándole al pueblo. Tuvo que ser divertido. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro y continuó leyendo...
"Perdóname pequeña, otra vez te he fallado. Te prometí que te escribiría al día siguiente y no lo hice. LLevo dos semanas sin escribirte. Yo estaba en el jardín regando las rosas. Por cierto, recuerdo que al principio yo tenía rosas rojas y me hiciste comprar de todos los colores,blanca, rosa, azul, negra y eso que a mí las negras no me gustaban, pero tú decías que las rosas eran una flor preciosa y que fuera el color que fuera te gustaban. Bueno, allí me encontraba yo regando las rosas, cuando un golpe de viento vino, me encontraba débil, mis piernas me flojearon y caí al suelo, con mala fortuna de darme con una piedra en la cabeza. A partir de ahí no recuerdo nada de lo que paso, solo que a las horas estaba en el hospital y el señor Dunof se encontraba leyendo un libro al lado de mi cama. Me han estado haciendo pruebas estas dos semanas, una vez tuvieron los resultado querían que me quedará allí, pero yo pedí el alta voluntaria. No quiero estar sola en el hospital, prefiero estar aquí con esas pocas cosas tuyas. Sé que si te hubiera llamado, podrías haber venido, pero ¿para qué? Si resulta que tienen razón, no quiero que estés con una enferma abuelita en casa encerrada desaprovechando tu vida por cuidarme. Y si resulta que se equivocan,te habré hecho venir para nada.
Bueno, el otro día te hable de Pablo, ya sé que me vas a decir que soy una pesada, igual que hacías los últimos días que estuviste aquí antes de que te marcharas, cuando te rogaba que te quedarás. Te pido perdón por ello, fui una egoísta, tenía que haber entendido que sería lo mejor para ti.
Pero lo de Pablo, es algo que te tengo que contar, antes de que mi corazón deje e funcionar y por consiguiente también lo haga mi cerebro. Te lo cuento porque creo que será bueno para ti, pero no lo sé muy bien, nunca lo he tenido claro, la verdad es que no sé si he sido una buena madre-abuela para ti.
Después de la muerte de mi hija, es decir, tu madre, me tuve que hacer cargo de ti, yo ya estaba mayor, ¿para que engañarnos? siempre he dudado si lo hice bien o mal. Lo que si es cierto es que lo hice lo mejor que pude y bueno me has ofrecido muchos años de felicidad, gracias. Sé ahora que he sacado el tema de tu madre, que a lo mejor, tenía que haberte hablado más de ella. Pero es doloroso, es muy doloroso, no me gusta recordar que tuve que enterrar a mi hija, que mi hija había muerto, que era joven y por un accidente dejó de vivir, no ¿por qué ella? Me he preguntado todos los días. Tuve que ser fuerte, te tenía que sacar adelante, envidio tu fuerza, yo no soy tan fuerte, y esa vez, lo tuve que ser.
Me preguntabas, ¿dónde está mamá?, yo no te podría decir que mi hija, mi querida hija estaba muerta, lo siento, ahora me doy cuenta otra vez de lo egoísta que fui, sí era mi hija, pero era tu madre.Tendrías que haber sabido cosas de ella, haberte contestado a todas tus preguntas, pero no podía, lo siento.
Mi niña, hoy tampoco podré contarte lo de Pablo, estoy muy cansada, no te voy a prometer que mañana te volveré a escribir, porque no me perdonaría volver a fallarte, pero que te escribiré en estos días, eso tenlo claro...Buenas noches pequeña"
Otra vez lloraba. No quería ni podía imaginarse a su abuela sentada en el porche preguntándose si había sido buena para ella, si lo había hecho bien. Pero no podía evitarlo, se lo imaginaba. Y lo que más le entristecía era el hecho de no poder darle las gracias por haber estado siempre ahí, por cuidarla por quererla. Ahora ya era tarde. Con un pañuelo se limpió las lágrimas y se sonó, respiró hondo tres veces y continuó leyendo....
Está es la primera parte de Un Consejo, ahora lo releo y veo fallos, pero tengo la sensación de que yo no la quiero tocar por el cariño que me trae, eso sí, siempre aceptaré que me digáis: "Ester que mañaca eras cuando escribiste esto" "Ester ¿cuántos "buenos" escribiste? menuda coletilla" o "Ester bla bla bla"
Pero como he dicho, esta historia la publico para volver a ilusionarme y animarme a volver a escribir y sentir lo que sentí cuando dejaba a mis dedos teclear sin más.
A lo largo de estas vacaciones publicaré la historia entera.
Besitos Ester
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