miércoles, 19 de mayo de 2010

A la orilla del mar..

Le acarició la cara dejando a su paso una piel suave, y de ésta forma hizo que ella le mirara. Sus largas pestañas se movieron a la vez que aquella brisa, sus ojos negros y duros le observaban con fuerza y él simplemente acerco sus labios hacía donde antes había deslizado su mano. Suspiró, haciendo que ella notara su presencia, y fue entonces cuando ambos fueron dejando que sus cuerpos se acomodaran en aquella fina arena. Enroscadas sus piernas y sus miradas conectadas se decían todo lo que sentían sin apenas pronunciar nada. Ella respiró fuerte mientras apoyaba su espalda en aquel terreno, sus pies llegaban a tocar aquellas rebeldes olas. Él la rodeaba con sus brazos, dejando que sus cuerpos se sintieran. Se regalaban pequeños besos. Una lágrima deslizó por la piel de aquella joven, pero fue capturada con ternura por los labios de su acompañante. Después apareció una sonrisa, insegura, por ser la primera. Tanto él como ella conocían ese nuevo olor, un aroma fresca. Se podría decir que las gaviotas cantaban o que las olas se golpeaban entre ellas, por hacerse escuchar. Incluso los peces salían y chapoteaban sin parar. El sol pegaba con fuerza, tampoco quería ser ignorado. Y sin embargo lo único que se podía oír eran los latidos de ambos corazones, el de la chica sonaba tímido, el de él se hacía escuchar de forma rápida. Y fue entonces cuando, mediante roces con las yemas de sus dedos, con las miradas, con las sonrisas, con guiños… entrelazaron sus manos de esa forma tan especial, tan única…

1 comentario: