jueves, 30 de diciembre de 2010

Por siempre... *

                                      Primera Parte





-          Siempre buena, siempre fiel, haz que esta luz blanca vuelva a su ser- dicho este conjuro Eli observó como aquel monstruo de colores negros y verdes se volvía a transformar en una persona con una aura especial.
-          Gracias, por convertirme de nuevo en luz blanca-
Eli respondió con una sonrisa y ésta desapareció  tras un rastro de polvos blancos y azules.
Después de haber podido regresar a un luz blanca a su forma habitual, se traslado hasta la ventana del dormitorio de su orfanato. En lo que llevaba de semana se había cruzado con 15  casos como éste. Algo estaba ocurriendo y ella debía de averiguar de qué se trataba…”

-Luna, la cena- Se oía a su madre gritar desde la planta baja.
Tenía que parar de escribir, ahora que su imaginación volaba. Eso es lo que más le fastidiaba, siempre podía imaginar, pero no siempre sabía cómo plasmarlo. Y en este momento sabía lo que quería escribir y cómo la chica de su historia, Eli, se iba a enfrentar al problema que estaba surgiendo con las luces blancas.
Pero no podía hacer esperar más a su madre, así que dejó de teclear y bajo hasta la cocina. Al bajar, pudo comprobar como su madre había avanzado no sólo a la hora de preparar una estupenda cena, si no también en adornar la casa.
Hoy era Noche Buena, y aunque en su casa tenían la costumbre de empezar a adornar la casa justo el día de Navidad, este año su madre se había adelantado un día. La casa estaba llena de luces y cintas por todos los lados. Sobre el árbol, que estaba situado en el centro del salón, ya se podían observar algunas bolas y campanas, pero todavía faltaba mucho por colocar.
-Luna, después de cenar, me podrías ayudar a terminar de adornar, que sino esta noche no estará listo- le mencionó su madre mientras cogía unas servilletas de tela de un cajón.
-No pasa nada mamá. Navidad es mañana y siempre lo colocamos ese día, mañana sigues. Es que hoy no puedo ayudarte, estoy escribiendo y sabes que cuando empiezo es porque estoy inspirada. ¿No puede ser en otro momento?-
-También podrías esperarte tú a escribir mañana. Este año he decidido ponerlo hoy, y hoy tiene que acabar de estar todo listo, así que me ayudarás-
-Si, mi capitán- le contesto imitando a un militar
-No te pongas tonta Luna, verás que bonito se queda-
-Pero es que no entiendo por qué este año has decidido cambiar la costumbre-
-Ains por nada en especial cariño, es sólo que todo el mundo lo tiene ya puesto y nosotros seguimos sin un adorno-
-Eso no es excusa, siempre colocan los vecinos los adornos antes, porque aquí en España se suele colocar en el puente de la Constitución y tú sin embargo, decides seguir con tus costumbres polacas y ponerlo en Navidad, por eso no entiendo que ahora cambies-
-Bueno, deja de hablar y vamos hacía el comedor, que nos están esperando.
Ese año su madre había invitado a unos amigos suyos polacos a cenar a casa, además también estaban mis abuelos y mis hermanos. Mi padre por otro lado, estaba terminando de hacer las gambas que mi madre había comprado.
Poco a poco, nos fuimos colocando todos en la mesa y empezando a disfrutar de la cena. Navidad en realidad es siempre lo mismo, se cena mucho, hay muchos adornos por todos los lados, hace mucho frío, y lo peor de todo, que yo me deprimo más por estás fechas. Este año sin embargo, quiero que este aspecto cambie.
Con este pensamiento comienzo a comer. Y así transcurre la cena.

- Ángeles y seres de la naturaleza, trasladarme a ese lugar donde podré pensar cómo ayudar-
Eli no sabía cómo ese conjuro podía haber funcionado, pero lo cierto era que ahora se encontraba en un edificio lejos de la batalla que se había formado en el Infra mundo y en la que ella estaba perdiendo todas sus fuerzas.
Persiguiendo las pistas sobre las luces blancas había acabado ahí, el problema comenzó cuando se vio rodeada. En un momento creía que era su fin, pero de nuevo “ese demonio” no la había matado, se dejo herir y dejó que escapará.
-Espero que nadie se haya percatado, sino puede que le maten- dijo Eli mirando su propio reflejo en el espejo, mientras se cepillaba el cabello.
Lo cierto es que esta escena se había repetido a lo largo de muchas veces, en tres ocasiones a decir verdad ese demonio le podría haber matado, y sin embargo, hacía lo contrario, la salvaba. En la primera ocasión le pareció extraño y se dijo ella misma que había sido fallo de él, que no lo había hecho a cosa hecha. La segunda ocasión, se quedó inmóvil al observar que este demonio volvía a repetir la misma hazaña, y él  le hizo una señal con la mirada para que se apresurara y pudiera escapar. En esta última vez, había sido para su punto de parecer demasiado “obvio” y eso hacía que ella ahora estuviera preocupada. Tenía que averiguar sobre quién era. Pero en el “Libro de las Sombras” no había nada respecto a él…”

-Luna- le gritaba su madre- parece mentirá que estés encerrada en tu habitación, ¿quieres bajar que es Noche Buena?-
Al final, disimulando un dolor de barriga su madre había hecho como que la creía y le había dejado subir después de la cena sin ayudarla a decorar.
Al bajar pudo comprobar que ya no había cajas con adornos sino que éstos estaban colocados en sus respectivos lugares.
Tras estar un buen rato sentados en el salón pudo observar como su madre le hacía un gesto a su padre, algo se tramaban.
Y era cierto, en unos momentos apareció éste con una pequeña caja…
- Luna cariño, tenemos un regalo para ti- me levante en seguida y corrí hacía él.
-Por esto hemos adornado la casa antes- comento su madre- no podíamos darte un regalo con la casa sin decorar, y más tiempo escondido tampoco lo podíamos tener- decía mientras yo sacaba de la cajita un pequeño cachorro de perro.
-Queremos que tengas compañía siempre, y hemos pensado que éste podría ser la solución, ¿qué te parece pequeña?-
- Me encanta papá, no sé como mamá lo ha permitido-
- En realidad, dije que no. Pero él lo trajo y cuando lo vi, ya no lo pude rechazar, es una monada, ¿cómo le vas a llamar?-
- No lo sé, tengo que pensar uno que sea el indicado.-
 Así transcurrió la noche, yo con mi nuevo amigo, jugando, hasta que se durmió sobre mis piernas, Y  mientras hablando de una y mil cosas con mis abuelos, mis padres, y sus amigos.
“–Por qué siempre te metes en esos problemas- se escucho una voz muy grave que provenía desde la puerta.
Eli se giró al instante y levantó una de sus manos por si tenía que realizar algún ataque para defenderse.
-Ei quieta pequeña bruja, vengo en son de paz- comentó el visitante
-¿Quien eres? ¿y por qué me ayudaste?- dijo Eli con voz firme y sin bajar su mano, seguía sin fiarse.
-Te he salvado la vida en tres ocasiones, y esta es tu forma de agradecérmelo. Y luego dicen que los demonios somos malos educados-
-¿Qué quieres?- le preguntó ignorando su comentario
-Lo cierto que lo único que he venido a ver es si llegué a tiempo y estabas bien, ya veo que si, así que me marcho, y deja de meterte en problemas-
-Espera- gritó Eli a una especie de humo negro que se evaporó al instante.
Se había marchado y no le había dado tiempo de nada y él no le había mencionado nada...”
¡Me cachis! El despertador estaba sonando, lo que significaba  que debía dejar de escribir y vestirse para ir al alberge.
Tanto los fines de semana como los días festivos iba siempre ayudar a un albergue desde que tenía 15 años. Le hacía muy feliz poder ofrecer a la gente su ayuda y servirle la comida.
Después del albergue me subí de nuevo al autobús y pude comprobar que sólo quedaba libre un asiento, al lado de un chico de mi clase. Cuando me acerqué hasta él le sonreí. Como respuesta obtuve un soplido y que se recostará más sobre su asiento.
-Te podías haber quedado de pie, ¿no crees?- me comentó al cabo de unos minutos.
-¿A caso te molesto?-
-Puede-
-¿Por qué te doy tanto asco?-
-Vamos a clase juntos desde el colegio, así que sí te conozco-
- ¿Qué sabes de mí? A parte de que tengo 18 años, soy morena, y voy contigo a clase, ¿qué sabes?-
- Sé, que no tienes ningún amigo, que eres una amargada y que además te gusta serlo, y que en tu tiempo libre te dedicas o a escribir en tu libreta vieja o a estar en el albergue-
- Es decir, no sabes nada- le dije simulando una sonrisa- y te ha faltado añadir que los viernes para entretenerme más doy clases a unos niños. Pero en realidad si en todos los años que llevamos en la misma clase si no te hubieras percatado de esos detalles, pensaría que soy transparente, porque no me has dicho nada para que puedas afirmar que me conoces, simplemente hechos que todo el mundo puede ver.-
-Es que no me interesa conocerte, ¿no te das cuenta?- dicho esto se colocó unos cascos de música y dio por finalizada la conversación.
Al cabo de unos minutos, el autobús paró y David, se levantó y se fue.
-Será imbecil- dije en voz alta, pero sin que me llegará a escuchar
Cuando llegue a casa mi madre había preparado una bonita comida, y además un montón de videos caseros para poder verlos. Después iríamos a casa de unos amigos y así es como pasaría el día de Navidad, rodeados de los nuestros, como siempre.
Al entrar a mi habitación fui directa al ordenador a escribir, pero de camino hacia este me encontré a mi nuevo cachorro que seguía sin nombre, con él entre mis piernas comencé de nuevo con mi historia.

– Demonio endemoniado, pero con los ojos acaramelados, ven aquí a mi lado- Eli pudo observar que el demonio misterioso no llegaba. Como en tantas otras ocasiones. Había utilizado muchísimas pociones y conjuntos para conseguir trasladar el demonio hasta ella. Pero no había obtenido resultado alguno, por ello ahora se dedicaba hacer rimas, por probar a la suerte más bien, porque ella misma sabía que no iban a funcionar.
-Si me abuela escuchará estas rimas me volvería a prohibir usar mis poderes, como cuando era pequeña- se dijo ella misma en voz alta y con una pequeña sonrisa.
- Patatim patatom patatam cerca de mí deberías de estar- pronunció de nuevo
- Con razón te he tenido que salvar tantas veces- escucho en un susurro cerca de su oído.
Eli salto y puso distancia entre ellos.
-No, ese conjuro no me ha traído aquí, es de lo peor que he escuchado- le dijo con una sonrisa.
-Entonces, ¿por qué estás aquí?-
- Llevas intentándolo dos semanas, decidí que debía pasarme a hacerte una visita-
-¿Cómo sabes que llevo dos semanas intentándolo?-
-Por qué haces tantas preguntas. Lo sé, porque los primeros días conseguías moverme pero con un poco de mis poderes yo permanecía donde quería. Y ahora dime ¿qué quieres?-
-¿Por qué me salvaste?-
-Esa pregunta no te la voy a responder- dijo acariciándole la cara. En menos de una milésima de segundo se había transado hasta ella y le había acariciado. Y ella no había poder hacer nada, ni se había percatado.
-¿Cómo te llamas?-
-Sabes que si te lo digo, en tus hechizos podrás usarlo y entonces serán más eficaces y tampoco quiero estar rondando por aquí muy a menudo. Es peligroso- dijo guiñándole un ojo.
- No tengo la necesidad de estar convocándote a menudo, puedes estar seguro-
-¿Y que nombre quieres? ¿el de mi forma humana o el de mi forma demoníaca?-
- Los dos estaría bien-
- Elige uno y te lo concederé, que no debería-
- Cómo te llamas ahora-
-Ahora soy el demonio Abaddom-
- ¿Por qué no estás en el libro de las sombras?-
- Ja- soltó una carcajada- ¿por qué debería de estarlo?
-Porque…
- Ese libro es de los mejores, está claro. Tu familia ha hecho un gran trabajo a lo largo de su historia, pero no es completo, y aquí tienes la prueba.- Dijo interrumpiéndola- Me tengo que marchar- dicho esto se alejo de ella todavía más y le lanzó una bola de fuego alcanzándola en el hombro- Para que no te fies de mí,  y para que no se te ocurra volver a llamarme- y el humo negro volvió a aparecer como muestra de que se había marchado…”
Era tarde, tenía que irme a la cama si quería llegar temprano al albergue al día siguiente. Por ello, se levanto dejo al pequeño cachorro en su sitio, y se metió en la cama.
-Hola, me han pedido que venga a ayudarte- le dijo al chico que estaba de espaldas y que había ido a ayudar al albergue por primera vez.
-No necesito tu ayuda- dijo girándose.
- ¿Qué haces tú aquí?-
- Tengo que estar aquí, no es por gusto créeme. Así que márchate y no me jodas más la mañana-
- Pues que te cunda- dije dándose media vuelta- y procura sonreír a la gente- añadí mientras me marchaba.
- ¿Por qué está aquí Andrés?- le pregunté al encargado del albergue.
- El motivo no lo sé, pero tiene que hacer horas a la comunidad y después se las tengo que firmar como que las ha cumplido. Pero no sé que habrá hecho.-
- Es un sin vergüenza, a saber lo que habrá hecho y ahora lo tienen que pagar la gente de aquí-
- No seas tan dura, por ahora no ha causado ningún problema, nadie ha puesto ninguna pega. Y ahora, vete a comer, te toca descansar a ti- dijo con una sonrisa en sus labios mientras se marchaba.
Cuando me acercaba con mi bandeja de comida a la mesa pude observar que David estaba ahí también. Por ello me senté enfrente de él y comencé a comer en silencio. Ni él hablaba ni yo tampoco. Cuando acabe de comer él ya se había marchado. Después de mi descanso mi jornada continuó. Comenzamos a organizar unos juegos tanto para los niños como para lo más adultos. David estaba con los niños, parecía que no sabía qué hacer con tantos. Pero yo no iba a acercarme a ayudarle, él se lo había buscado. Yo por  otro lado estaba con los adultos, decidimos que jugaríamos al bingo y los que no quisieran a las cartas o el dómino. Lo cierto, es que los adultos eran más fáciles de entretener y para ser su primer día le había tocado lo difícil. Así escarmentaría, pensé.
A las ocho, mi horario había terminado y como pude contemplar el de David también, porque subió tras de mí en el autobús, sentándose una fila detrás.
Pero yo no iba a estar pendiente de él, así que saqué mi libreta y continué escribiendo:
- Cómo has sido tan insensata-
-Relájate Mar- le dije a su luz blanca mientras ella la curaba.
-¿Cómo has dicho que se llama?-
-Ya te lo he dicho Abaddom-
-Preguntaré por él, alguien tiene que haber oído de él, ¿es poderoso?-
-Lo cierto es que sí. De lo más poderosos que he visto. Pero no debes preguntar por él. Eso moverá a todo el mundo ahí arriba y eso hará que los del inframundo se percaten. No quiero que haya ni el más mínimo rumor. ¿Lo has entendido Mar?-
-¿Por qué me tocó una bruja tan testadura y que se metiera en tanto líos?- preguntó mirando al cielo…”

Era su parada y tenía que bajar, por ello deprisa y corriendo recogió sus cosas y las metió en su mochila. Cómo iba mirando la mochila y que nada se cayera al suelo. No pudo evitar chocarse. Al levantar la cabeza para disculparse pudo apreciar que se trataba de David.
-No deberías de haber bajado en la parada anterior-
-Que yo sepa ¿eso es asunto tuyo?-
No merecía contestación, así que se puso rígida y comenzó a andar. “si es que la estúpida has sido tú por hablarle, te lo mereces. Por tonta” se decía ella misma.
Cuando llego a casa, se sentó en el suelo a ver la tele mientras jugaba con su cachorro, ya era hora de ponerle un nombre…
-¿Qué te parece Blade?- dijo mientras jugaba- mmm y ¿Coque?¿Hércules? ..no ese no y ¿Goku? Tampoco, creo que así se llama el gato de la señora Tomson ah! Y ¿Marc? Como Marc Lenders el de Oliver y Benji ¿qué dices te gusta Marc?- como respuesta, el pequeño cachorro se lanzó hacía ella y comenzó a lamerle la cara- esta bien, Marc, tranquilo.

“Eli había buscado por todos los libros que conocía a aquel demonio, y en ninguno de ellos había rastro de él. En el mundo de la magia era como si no existiera y eso la concertaba ¿Cómo alguien tan poderoso no estaba reflejado en los libros?
Tampoco quería comentárselo a su luz blanca porque sino ella no se quedaría callada y levantaría sospechas.
Pero ya había pasado cuatro semanas desde su último encuentro. Ella había tratado de hacer su vida lo más normal posible. Había seguido también investigando lo que estaba sucediendo con las luces blancas, pero tampoco avanzaba en ese aspecto.
-Es que seguro que él puede decirme algo para poder solucionarlo- decía mientras daba vueltas de un lado a otro de la habitación- tiene que conocer algo…pero le dije que no usaría su nombre para trasladarlo aquí- se paró de golpe y mientras se pasaba las manos una y otra vez por la cara se preguntaba en voz alta- ¿lo hago o no?…”

Al igual que en su historia, para Luna también había pasado el tiempo. Era el día de Noche Vieja por la mañana y se disponía a ir al albergue como en los días anteriores. Luna, se había acostumbrado ya a la presencia de David en él. De vez en cuando cruzaban algunas miradas, incluso dos días antes una sonrisa, cuando por fin pudo comprobar que había podido controlar a todos los niños a la vez. Tampoco se chocaban a la hora de bajar en el autobús, aunque también es cierto que seguían sin dirigirse la palabra. Cada uno hacia sus tareas y en momentos determinados comprobaban que el otro les estaba observando, así había sido su día a día.
Como era la última noche del año el albergue organizaba una fiesta especial, donde todo el mundo podía conseguir las uvas y después bailar en una pequeña pista de baile preparada para el acontecimiento. La familia de Luna, también pasaba ahí la noche vieja porque sabían que era lo que su pequeña quería.
Y así fue como después de haber estado repartiendo la cena y pequeñas copas de champán en vasos de plástico se llego al momento más esperado de la noche.
Los cuartos comenzaron, seguidos de las doce campanadas, había tanta gente que cuando el primero comenzó a atragantarse, y la risa empezó a contagiarse pocos pudieron acabar con las doce uvas bien tragadas. El jugo se podía observar en la cara de casi todos los presentes. Lo que hacía que la escena fuera todavía más graciosa y poca gente pudiera evitar no reírse. Y así fue como se llegó al principio de los fuegos artificiales. Se oían por toda la ciudad, el nuevo año ya entraba en sus vidas.
Luna recibió las emotivas felicitaciones de su familia y de todos aquellos que la conocían.
Por otro lado, David, también estrechaba su mano a quien pasaba por delante de él, con un  “feliz año nuevo”  y una sonrisa en sus labios.
Llego el momento de los bailes, Luna bailaba con todo aquel que se lo pedía: con su padre, con niños, con personas mayores…
-Muchas gracias por todo Luna- le dijo el encargado mientras le daba una vuelta- desde que tú estás con nosotros en el albergue se respira más felicidad, has traído la sonrisa a este lugar.
-No me tienes que agradecer, sabes que lo hago de corazón-
-Si, lo sé, eres buena- le dijo con una sonrisa un tanto pillina- Un momento señorito- comentó por encima del hombro de Luna- Si bailas con ella te dejaré marcharte ya y que disfrutes tu noche vieja, firmaré que has estado todas las horas, te lo prometo.
Todo había sucedido muy rápido cuando ella se había dado la vuelta para ver para quién eran dirigidas esas palabras, ya se encontraba cogida de la mano de David.
Y por una cuestión de azar o no tan azar, la música cambió de una movidita de salsa a una balada.
-Siento si te piso, no se bailar esto- le dijo con una tímida sonrisa
-Yo tampoco, mejor lo dejamos- comentó mientras se separaba
-No, debo cumplir- dijo David mientras la acercaba más a él- Feliz año- dijo suavemente mientras le daba un tierno beso en su mejilla y luego le hacía girar.
-Igualmente- contestó Luna cuando tuvo sus ojos enfrente de los de ella.
Seguían bailando en silencio hasta que David, de nuevo intentó sacarle un tema de conversación.
-¿Como has pasado las navidades?-
-Pues aquí, muy bien como siempre-
-Ya, pero después del albergue ¿dónde vas?-
- Sabes que bajamos juntos en la parada de mi casa, no sé para qué preguntas-
-Sólo intento ser amable-
-¿Tú amable?- dijo ella dándose ella misma una vuelta porque no soportaba como la había mirado duramente.
- No dicen que la Navidad es una época mágica, donde los deseos se hacen realidad. A lo mejor ha conseguido que sea amable- dijo acercándola de nuevo a él.
- Eso son frases típicas de los libros y películas, no creo que pueda hacer un milagro tan grande- contesto Luna con una sonrisa un poco malvada
-Pues deberías de creer, y más tú una chica que se dedica a escribir.
Dicho esto le guiñó un ojo y como la canción había terminado se marchó, dejándola en mitad de la pista de baile improvisada.
La noche fue pasando, y ella regreso junto con su familia a su casa. Cuando iban a entrar en su portal escuchó que pasaban unas seis motos, sin esperar a verlo, sabía que él iba en una de ellas.
Y no sabía explicar muy bien por qué, por un auto reflejo podría decirse, el caso es que ella se giró, y pudo observar como se marchaba a lo largo de la calle con una chica montada de paquete y cogida a su cintura.
-Debe estar pasando un frío con un vestido tan corto- dijo en voz alta
-¿Qué dices cariño?-
-Emm qué si os lo habéis pasado bien o teníais frío- contestó a su madre
- Nos lo hemos pasado muy bien, ahora sabemos porque estás tantas horas allí metida.-

“– En este triángulo formado por estos diamantes el demonio Abaddom debe aparecer y estar controlado- se dijo ella misma- si debe funcionar…
Después dijo las palabras que tanto había preparado y en esta ocasión el demonio apareció.
-Pequeña bruja, sabía que había sido un error decirte mi nombre no has parado de moverme toda la mañana- dijo el demonio que se encontraba en medio de el triangulo.
“Ha funcionado!” se dijo Eli ella misma- ¿Quiero que me ayudes a resolver lo que está pasando con las luces blancas?-
-Soy un demonio, ¿por qué crees que lo haría? Ah! Y por cierto, esto a mi no me funciona- dicho esto atravesó el triangulo formado por Eli que le servía de protección
Ella como reflejo dio un paso hacía atrás y levanto sus dos manos preparada por si al demonio le daba por atacar. Estaba más terrorífico de lo normal. Su aspecto negro con manchas rojas y naranjas como el fuego, se veía acompañado de normal por los ojos rojos y la pupila negra. En esta ocasión parecía un reptil o algo similar, porque era al contrario, sus pupilas eran rojas y sus ojos negros.
-¿Por qué estás así?-
-Estaba en medio de una pelea, me pillas bastante furioso, no sé como no te he matado todavía...me marcho-
-Te volveré a llamar- dijo Eli armándose de valor.
Abaddom contestó lanzándole una bola de fuego que le impactó en el estómago. Lo que provocó que Eli saliera disparada unos metros para atrás y que cayera al suelo sangrando.
-¡Mierda!- dijo el demonio en un rugido y acercándose hasta ella- para que me buscas insensata, no puedo controlarme, soy peligroso para ti- dijo mientras le examinaba la herida
- Me recuperaré, dime ¿quién está tramando lo de las luces blancas?- contestó la bruja de forma entrecortada
-Que cabezota eres, no te lo voy a decir-
- Si te preocupas por mí, dímelo sino recorreré el Infra mundo en su busca-
-Es asunto tuyo si mueres, a mi no me repercute.-
- ¿Y por eso estás aquí agachado junto a mi?- le recriminó Eli mientras intentaba incorporarse para mostrar más dureza
-te diré que no puedes contra quien lo está organizándolo así que mantén tu lengua quieta y no hagas conjuros- dicho esto se levanto para marcharse
- ¿por qué…?- dijo ella en casi un susurro
-No me vuelvas a llamar o te mataré, tenme miedo, soy un demonio- dijo interrumpiendo su pregunta- y ten en cuenta que la bola de antes fue en un impulso de furia, imagínate lo que puedo hacer si pienso- dicho esto comenzó a mover sus manos haciendo que donde tenía el agujero de la bola de fuego empezará de nuevo a herirle, pronunciando más la herida- soy peligroso, es una advertencia- dicho esto se esfumo
- Mar, Mar- gritó Eli llamando a su luz blanca- Mar por favor, es urgente- dicho esto y sin más fuerza la bruja se desplomó inconciente…”

Los primeros días del año estaban pasando como los finales. Luna iba de su casa al albergue y del albergue a su casa. Allí se dedicaba a estar y jugar con Marc y después o escribía o dormía según lo cansada que estuviese. La diferencia, era que con David, ya no sólo había cruce de miradas sino que en la hora de la comida ahora de vez en cuando conversaban. Sin embargo, él subía siempre después que ella en el autobús y ella pensó el primer día que después de que ya se hablaran se sentarían juntos. Por el contrario, siguió situándose en la fila de detrás. Así que Eli, aprovechaba ese rato para escribir.

-¿Tienes alguna lista?- preguntó David mientras se metía el tenedor en la boca
-¿Una lista de qué?- le dijo con una sonrisa
-No sé…las chicas, bueno..todo el mundo supongo..siempre tiene una lista con cosas que quiere hacer, ¿tú la tienes?-
-Escrita no, pero claro que quiero conseguir cosas, todo el mundo tiene algunos objetivos- dijo ella mientras jugaba con los espaguetis de su plato
-Bueno, pues dime alguno- dijo él intentando captar la mirada de la chica, dedicándole una sonrisa.
-Chicos será mejor que volváis ya- interrumpió el encargado- porque Loli que os estaba sustituyendo se encuentra un poco mal.
-Si ya vamos- dicho esto Luna cogió su bandeja y se levanto. David suspiró trago agua de su vaso y se levantó siguiendo los mismos pasos que Luna había recorrido rápidamente.
-Vamos preciosa- decía Mar una y otra vez con su mano sobre el estomago de la bruja y con luces que salían a su alrededor- ¿Quién te habrá hecho esto?- dijo mirando a su alrededor porque notaba una presencia extraña- ¡puedes conseguirlo!- dijo centrándose de nuevo es su protegida.
Al cabo de un rato, Eli comenzó a toser, y a recuperar su color habitual. Mar había conseguido curarle la cura
-Corazón, cómo te encuentras- le preguntó preocupada.
-Bien, estoy bien, sabía que no me iba a pasar nada- dijo intentando incorporarse
-Pues yo no lo tenía tan claro, estabas muy herida, ¿quién ha sido?-
-Nadie, he sido yo…-dijo levantándose del todo- estaba intentando un hechizo nuevo, un ataque, y ha rebotado en el espejo y me ha impactado a mi.-
-De veras crees que me puedo creer esa teoría-
-No te pido que te la creas, pero es la que vas a escuchar.-
-Pues, seguro que ha sido quien nos está observando ahora, sal- dijo mirando a su alrededor.
-Mar, quítate esas teorías de la mente, no nos observa nadie. Gracias por acudir- dijo dedicándole una sonrisa para que su luz blanca se relajara. Pero lo cierto era que ella también notaba una presencia en el cuarto… ¿Sería Abaddom?”

1 comentario:

  1. ¿Qué te voy a decir ahora? Si ya te fui comentando al tiempo que leía lo que me iba pareciendo. Soy una impaciente, ya lo sabes, y por eso me adelantaba a los acontecimientos y luego no eran exactamente como me figuraba...

    Lo que si espero, es que no me tengas mucho tiempo más sin saber cómo siguen las cosas, porque mi imaginación se desvoca y mis ganas de leerte crecen cada día más. Como crecen las de abrazarte...

    T´estime preciosa ^^

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