domingo, 15 de mayo de 2011

...algo que me calma todos los deseos...

... por qué me faltas tú...

No es que me levante por las mañanas y piense: por qué no estás. No, no es así.
Pero si que es cierto que hay momentos en que me paro. Y es cuando me doy cuenta de la falta que me haces.
Lo sé, me lo digo una y mil veces, que no se puede ser tan dependiente de algo o alguien.
Pero soy así. Intento cambiar, y más en el momento “ese” que es cuando todo se viene abajo.
Pero no lo consigo...

...como las palabras y los sentimientos...

Mis palabras y mis sentimientos no van cogidos de la mano...
Ellas dicen una cosa. Los otros muestran otra.
Pero es que no puedo gritar, ni susurrar, ni siquiera pensar en poner palabras a mis sentimientos, sería muestra de una gran debilidad. O peor, de una gran infelicidad.

...como arena y agua, como mar y espuma...

Complementadas, unidas, diferentes...
Para apreciar una, tienes que sentir la otra como felicidad y tristeza
Cuántas veces una se alegra de lo que le pasa a otra persona, pero le gustaría vivirlo a ella misma... para poder sentirlo... celos y alegría
Y sobre todo, enfado, desesperación, esperanzas y paciencia... hay momentos para todo. Pero como jode no tener la suerte que tienen algunos. Cuánta paciencia hay que tener para pensar que todo pasa por algo y que alguna vez todo será recuerdo.
Esperanzas por pensar que todo irá bien, todo irá como se desea, como una quiere y que la actitud de ahora, esa que va unida a desesperación, es la mala... así no se consigue nada

             ...como espigas de fuego que me queman y abrazan...
...echo en falta esos brazos que siempre me abrazan...

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